París. Torre Eiffel

Nuestra primera parada en París, la ciudad del amor, fue mi adorada Torre Eiffel. Es una maravilla desde la que poder tener una vista 360º de París. Desde 1889 es un símbolo de la ciudad con sus 300 metros de altura. Pero tampoco os voy a dejar aquí 2000 datos, porque para eso hay mucha información en la red. Yo os hablo de algo que nos pasó en casi toda la ciudad, encontrar obras en todas partes. Con las olimpiadas a la vuelta de la esquina, todo está lleno de andamios, lonas y en general, mucho ruido visual.

De hecho, al momento de ir nosotros, solo se accedía por dos de las «patas» con lo que hay que asumir una cola de personas considerable sobre todo para bajar. Para subir fue mucho más tranquilo. También os diré que pese a planificar el viaje con tiempo, solo pudimos comprar la entrada hasta el segundo piso. Las entradas, en todas partes, literalmente, vuelan. Podéis pagar los 17,10€ que cuesta subir en ascensor o subir andando por 10,70€. Nosotros pagamos por el ascensor, las escaleras nos parecen una auténtica locura.

En la torre hay varias tiendas de recuerdos y restaurantes para tomar algo, o comer, con las mejores vistas del mundo. Una vez arriba no olvidéis recorrer cada rincón porque la torre está llena de detalles. Sin duda es una visita obligada que merece la pena.